En el fondo de un pequeño valle recorrido por el denominado arroyo de San Marcos, a unos 3 km al sureste del casco urbano, se encuentran las ruinas de la ermita de San Marcos. Dibujan un edificio de planta rectangular de unos 7 m. de longitud y unos 5,5 m. de anchura. Su acceso se posiciona en el centro del lado oeste.
Era un edificio construido con mampuesto cogido con mortero de cal y sillares en las esquinas. Presenta contrafuertes interiores en los muros longitudinales, que conforman tres tramos. La base de los muros presenta un poyo corrido en los muros laterales de unos 40 cm. de anchura y 0,50 m. de altura, sobre éstos se elevan los contrafuertes. Debía de contar con cubierta de madera a dos aguas. Parece que su construcción se documenta a partir de 1664, posiblemente sobre los restos de otra anterior, o al menos en el mismo paraje donde se posicionaba la ermita de San Juan del Monte.